Iván Diaz Garrido habría cosechado una larga lista de enemigos debido al trabajo que ejercía como prestamista. Exclientes suyos, quienes hoy evitan mostrar su rostro ante cámaras por temor, cuentan que el empresario se dedicaba a esta actividad hace 30 años y que gracias a ello amazó propiedades de sus clientes morosos. Muchos lo detestaron por su forma humillante de cobrar a sus clientes.
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