Hace un año el país entero fue remecido por el terremoto de 7.9 grados que destruyó Pisco, Ica, Chincha, Cañete, entre otras regiones del sur que entre la desgracia y los escombros también encontraron un espacio para la solidaridad y el heroísmo.
Así, el pisqueño Ronald Cruz salvó de la muerte a cerca de 30 personas que cayeron en un hondo hoyo tras abrirse la tierra bajo sus pies en una iglesia de la localidad.
"Había un hueco al centro de la Iglesia y bajé amarrado con sogas, así salve a cerca de 30 sobrevivientes y 15 cadáveres, la gente de arriba me ayudaba a sacar a los de abajo, fui la única persona que descendió debajo de los escombros", contó doce meses después del siniestro que conmocionó al país.
Junto a este héroe también se encuentra el aporte realizado por el padre Lorenzo Bergantin, quien por sí solo ha logrado que 200 damnificados tengan viviendas dignas en Chincha. Así también logró recolectar más de un millón de soles por parte de la empresa privada.
"La nota principal de ese terremoto, no tendría que ser el desastre sino la magnitud de la generosidad del pueblo peruano, no solo para las instituciones públicas, sino la gente común y corriente. Esa generosidad masiva sorprende, estoy asombrado de tanta gente buena que existe en el Perú", relató el párroco italiano

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